Hambre cero

En 2020 trabajamos en 14 países actuando en las causas de la inseguridad alimentaria causada por la pobreza estructural, conflictos o fenómenos climáticos, a través de un enfoque integral: detectamos a las familias más pobres para identificar y prevenir la malnutrición aguda y crónica, aumentamos la disponibilidad de los alimentos y mejoramos la dieta y contrarrestamos la pobreza con insumos agrícolas.

Garantizamos la alimentación a 70 000 personas aproximadamente, a través de distribuciones directas, transferencias monetarias y cupones para alimentos, estos últimos para ser utilizados en comercios asociados, ayudando así a la economía local.

Fomentamos la formación técnica, el suministro de semillas y de herramientas para aumentar la producción de alimentos y enriquecer la dieta familiar. Para combatir la malnutrición, hemos sensibilizado a las comunidades, apostando por los agentes de cambio: mujeres, líderes comunitarios, personal sanitario y profesorado.